Pitxot cree que la naturaleza imita al arte, y por eso deambula por las piedras de Cadaqués, el punto de partida de su proceso creativo. Luego, las sube al taller para observarlas durante un tiempo hasta que manifiestan las formas que contienen. A continuación, las ensambla en soportes metálicos y les da las formas escultóricas que Dalí llamaba “maniquíes”. Por fin, culmina este proceso plasmando la tramoya y los conjuntos escultóricos en el lienzo.

La exposición del Rectorado, casi inédita en Andalucía, incluso paisajes y figuras de su primera época, como ‘Paisaje de rocas con pez’ (1965), y ‘Toreros’ (1960), algunas de las obras más representativas de su seria ‘Mitologías y alegorías’ y cuadros de las series ‘El violoncelista’, así como autorretrato.