El proyecto consistió en la restauración de unas pinturas murales y su reubicación en un inmueble, rehabilitado recientemente por la empresa colaboradora de Fundación Málaga, Netobril

Estas pinturas datan de finales del siglo XVIII (como señala una cartela situada sobre la puerta, indicando la fecha de 1787) y se encontraban en un edificio de c/ Postigo.

Estas pinturas están realizadas con la técnica de mezzo fresco (diseño inciso sobre el intonaco todavía húmedo y aplicación del color posterior). El conjunto pictórico representan elementos ornamentales de tipo arquitectónico realizados en una rica paleta de color, básicamente en toda la gama de tierras.

Las pinturas han sido objeto de un laborioso proceso de restauración realizado por la empresa Quibla Restaura, pues se encontraban recubiertas por abundantes capas de cal y pintura, siendo dañadas en algunas zonas por filtraciones de humedad.

Estas pinturas murales se enmarcan dentro de la serie de pinturas del siglo XVIII que decoran distintos inmuebles de Málaga y que están siendo recuperadas como es el caso del Palacio del Conde de Puertollano y Duque de Arcos o inmueble ubicado en calle Mártires.