The exhibition gathers paintings of the most important Russian artists of the last eight decades of the XX century and it is structured in different areas: nature, figure, costumbrism, landscape and socialist realism (this last area will be seen from now on). The Russian art, specially the painting, has not transcended too much to the occidental culture. However, nowadays, when the Soviet Union is history, it can be appreciate in a reasonable manner.

Artists like Borodin, Stroyev, Litvinski, Danilichev, Striguin, Martynov and others, whose works can be seen in Malaga, knew how to reflect in their canvas, during a good portion of the last century, the daily life of Russian people, their important milestones and pains. They created a lot of genres, from the history and genre painting to the landscape, the portrait or the nature through them show the viewer the mystery of the Russian soul and the diary of their lives.

La muestra reunió pinturas de los más destacados artistas rusos de las últimas ocho décadas del siglo XX y está estructurada en diferentes áreas: naturaleza, figura, costumbrismo, paisaje y realismo socialista (este último área se verá a partir de hoy). El arte ruso, en especial la pintura, ha trascendido muy poco a la cultura occidental. Sin embargo hoy día, cuando la Unión Soviética es ya historia, puede valorarse en su justa medida.

Artistas como Borodin, Stroyev, Litvinski, Danilichev, Striguin, Martynov y tantos otros, cuyas obras pueden verse ahora en Málaga, supieron reflejar en sus lienzos, a lo largo de buena parte del pasado siglo, la vida cotidiana del pueblo ruso, sus grandes hitos épicos y sus sufrimientos. Cultivaron numerosos géneros, desde la pintura de historia y de género al paisaje, el retrato o las naturalezas a través de los que se revela al espectador el misterio del alma rusa y el diario de sus vidas.