El telón de Ferrándiz regresa al Cervantes
Málaga, 9 agosto, 2017
La restauración ha sido posible gracias al apoyo de la Fundación Málaga y el Teatro Cervantes
El telón de boca de Bernardo Ferrándiz regresa al Teatro Cervantes de Málaga tras el proceso de restauración acometido en el Patio de Banderas del Ayuntamiento de Málaga a la vista de la ciudadanía. El gran lienzo se ha descolgado y se ha enrollado en el cilindro fabricado por el equipo técnico del coliseo para transportarlo a su destino definitivo. La última fase de la recuperación del telón se realizará durante el resto del mes de agosto en el escenario del Cervantes. Aquí se añadirán dos injertos de lino en los laterales, un trabajo que solo se puede hacer en horizontal, para culminar la restauración con los últimos retoques de la capa pictórica y la protección final de la misma.
Los trabajos en el Patio de Banderas
El equipo de 8 restauradores de esta actuación financiada conjuntamente por la Fundación Málaga y el Teatro Cervantes abordó en el Patio de Banderas la fase más delicada del proceso: la recuperación de la capa pictórica de una obra de arte de 1870 que ha sufrido los embates del tiempo, del uso y de dos restauraciones anteriores muy poco adecuadas. Entre junio, julio y los primeros días de agosto se acometió la limpieza de la pintura, el estucado de lagunas del lienzo, esto es, la homogeneización de la superficie pictórica, y la fase más importante, la reintegración cromática de dicha superficie.
Los visitantes han podido conocer en vivo las vicisitudes de la recuperación de una pieza de tan inmenso formato y tan ‘tocada’ en anteriores y dañinas restauraciones. Los responsables de Quibla, Estrella Arcos, Francisco Zambrana y Joaquín Gallego, y su equipo de restauradores han relatado mientras trabajaban en la pintura los pormenores técnicos de la intervención, desde los trabajos en una tela deformada, rota, recosida y debilitada por infecciones de hongos hasta las dificultades derivadas del transporte de un lienzo tan pesado, voluminoso y frágil a diversos puntos.
Estrella Arcos también ha contado a periodistas y visitantes anécdotas, como los graffitis que se han encontrado en el reverso de la tela, escritos por los propios trabajadores del Cervantes de principios o mitad del siglo XX, las dos mirillas practicadas en el telón por las que se contemplaba desde el escenario cómo estaba el patio de butacas, o detalles ocultos por las dos intervenciones anteriores. Según la experta, han descubierto modificaciones importantes del diseño original de Ferrándiz, tales como caras cambiadas y pintadas al estilo de las cantantes de la época del repintado, sombreros, gorros o liras añadidos y detalles eliminados, como el de ciertos nombres de dramaturgos pintados en el fuste de la columna y que quedaron tapados tras los trabajos de principios del XX y de 1954. Estrella Arcos ha destacado el trabajo conjunto e implicación tanto de los técnicos del Teatro Cervantes como de los espacios donde se ha reparado el lienzo y de las empresas colaboradoras en tal fin, desde aquellas que han ayudado a envejecer las nuevas telas a los tapiceros que las han cosido o los transportistas que han acarreado la bovina en la que se enrolló para desplazarlo.
Un largo proceso
Tras unos trabajos previos de asentamiento de la pintura con papel japonés y cola de pescado desarrollados en el escenario del Teatro Cervantes, el lienzo se enrolló en un gran cilindro construido para la ocasión y se trasladó al Palacio de Ferias de la capital para los trabajos de intervención en la deteriorada y parcheada tela. Esta fase se prolongó más de lo previsto dado que al retirar el reentelado de algodón que se hizo en la intervención de 1954 se encontró la tela original, de lino, en mucho peor estado del que se esperaba: los distintos materiales, con sus diferentes tensiones y factores de encogimiento y con varias capas de parches superpuestos, así como la cola con la que se adhirieron causaron graves deformaciones y fisuras en el lienzo de 1870. Por ello, prosiguieron los trabajos en el soporte en el Instituto La Rosaleda, incluido un refuerzo de lino con una tela llegada de Italia, muy parecida a la original, que se adhirió con gacha española (pasta de harina de trigo y colas y resinas naturales). Una vez finalizado el asentamiento del soporte textil, el pasado sábado 10 de junio se pudo trasladar la pieza y anclar en el Patio de Banderas del Ayuntamiento.
Allí, el equipo de ocho restauradores de la empresa Quibla Restaura ha realizado en vertical, sobre un andamio y ante la vista a la vista de cualquier interesado en el patrimonio malagueño, la fase central de esta intervención, los trabajos en la capa pictórica. Una vez acabada esta fase y tras los toques finales en el Teatro Cervantes, el lienzo quedará montado en una estructura rígida y permanente de aluminio, a modo de cuadro gigante, en la caja escénica. A partir de entonces, podrá volver a ser utilizado en ocasiones especiales: la primera prevista es el ensayo general de Turandot, la obra que abrirá en noviembre la 29 Temporada Lírica.
La recuperación de una pieza en mal estado de conservación
La Fundación Málaga y el Teatro Cervantes abordan conjuntamente la restauración de la pieza, habitualmente oculta dado su mal estado de conservación y fragilidad. Con ello, las pinturas del telón de boca y del techo, asimismo de Ferrándiz y también restaurada entre 2004 y 2005 gracias al patrocinio de la Fundación Málaga, recuperarán el diálogo natural para el que fueron concebidas. El coste se cifra en 95.000 euros más IVA.