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Las obras forman parte de la importante colección de arte de la que dispone la librería, gravemente afectada por el fuego

Fue el 6 de mayo de 2021 cuando las llamas redujeron a cenizas uno de los templos culturales de Málaga: la librería Proteo. Un fondo de 50.000 ejemplares desapareció víctima de las llamas. A partir de ese momento el mundo de la cultura, no solo la local sino la procedente de todos los puntos del país, se volcó para apoyar y respaldar uno de los baluartes de las letras en particular y del arte en general.

Tras muchos esfuerzos y grandes dosis de ilusión, Proteo reabre sus puertas tan solo nueve meses después de esa siniestra jornada. Las estanterías vuelven a estar repletas de libros pero muchas de sus paredes están desnudas: el incendio tampoco se apiadó de la importante colección de arte que atesoraba la librería y que guardaba joyas de artistas tan relevantes como Antonio Tapies, Dámaso Ruano, Soledad Sevilla, Pedro Alonso Herráiz o Enrique Brinkmann, entre otros muchos.

Gracias a la colaboración de Fundación Málaga, se ha llevado a cabo la restauración de dos de estas piezas. Se trata de una litografía en papel del año 1978 de Antonio Tapies y “Posiciones de elementos”, un lienzo sobre madera del malagueño Enrique Brinkmann.

Tal y como reconoce Jesús Otaola, director de la librería, “estas dos obras eran a las que Paco Puche (fundador de Proteo) les tenía más cariño y que, casualmente, son las que tienen un mayor valor económico. Ha sido ese afecto que les profesaba lo que no nos hizo dudar sobre qué piezas debían ser las primeras en restaurarse”.

Quibla ha llevado a cabo los trabajos de restauración y recuperación, con el apoyo indiscutible de Joaquín Abenza, ex trabajador de Proteo y experto en la materia. Él fue el encargado, tras el incendio, de identificar, ordenar, clasificar y guardar la colección de arte de Proteo y él fue el que informó a los responsables de la librería del valor económico que tienen.

Tras el incendio de mayo de 2021 se han perdido algunas de esas obras y, las que sobrevivieron, necesitan de intervención urgente, una intervención que, trasladada a cifras, se traduce en 11.000€.

La intervención de Fundación Málaga ha hecho posible la recuperación de estas dos primeras obras, que en breve volverán a estar expuestas en un lugar privilegiado de la librería Proteo.

Fundación Málaga, con su apoyo, ha iniciado el camino para la recuperación del fondo artístico de librería Proteo.

Librería Proteo y la cultura

Para entender la importancia que la librería Proteo ha tenido y tiene en el ámbito de la cultura, tenemos que remontarnos a 1969, año de su nacimiento. Lo que se presentaba como una cooperativa que ofrecía libros infantiles, en realidad era la “librería de los libros prohibidos”, puesto que se vendían ejemplares censurados por el régimen y cuyo objetivo principal era la defensa de la democracia y la libertad.

Con el tiempo, Paco Puche se hace cargo de la gestión de la librería pero, en todos los años que estuvo al frente de ella, nunca olvidó su lucha por la libertad. En su ánimo siempre estuvo presente que Proteo no fuera únicamente un establecimiento de venta de libros sino, también, un centro cultural, un punto de encuentro de personas con diferentes inquietudes e intereses.

Es este espíritu de apoyo a la cultura lo que le impulsa a respaldar el nacimiento del Colectivo Palmo y a cederles el uso de una de las plantas de la librería para que instalaran su sede. Éste es, precisamente, el punto de partida de la colección de arte que hoy día atesora Proteo: el empeño de su fundador por apoyar la cultura local. Y es que, a lo largo de los años, parte de los beneficios que obtenía el establecimiento, se destinaban a la adquisición de obras de artistas que estaban empezando y que necesitaban que se reconociera su trabajo.

Colectivo Palmo nace en 1978 como resultado de la confluencia casual de diversos encuentros, amistades y tomas de contacto que durante meses mantuvieron pintores y otras personas relacionadas con el mundo cultural de la ciudad. Entre sus miembros fundadores estuvieron Manuel Barbadillo, Enrique Brinkmann, Ramón Gil, José Miralles, Pedro Maruna, José Faría, Jorge Lindell y Dámaso Ruano, a los que se unieron Stefan von Reiswitz, Juan Fernández Béjar, Jesús Martínez Labrador, Pepa Caballero, José Díaz Oliva y Antonio Jiménez, entre otros muchos.

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