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La restauración del antiguo convento saca a la luz valiosas pinturas y Fundación Málaga recupera su legado barroco

En el corazón de Capuchinos, el antiguo convento que da nombre al barrio custodia tesoros barrocos que sitúan a este enclave histórico en el mapa cultural de la ciudad. Cuando los primeros frailes capuchinos llegaron a la ciudad, pronto buscaron un lugar tranquilo donde establecerse, lejos del bullicio del centro de la urbe. En una loma al norte de las murallas de la ciudad edificaron su convento, la actual parroquia de la Divina Pastora, en torno al cual se levantaría todo un barrio con el paso de los años.

Tras dos siglos de presencia en Málaga, los frailes tuvieron que marcharse de la ciudad con la Desamortización de Mendizábal, en 1836. Todos menos uno: el padre José de Vélez, que se quedó al cuidado del templo y de la Divina Pastora, imagen del artista Montes de Oca realizada entre 1725 y 1730.

Nadie duda de que la Patrona de Capuchinos es uno de los grandes valores artísticos que conserva Málaga, una ciudad que perdió la mayor parte de su patrimonio religioso en los distintos avatares del siglo XX. Sin embargo, en Capuchinos se salvó todo el patrimonio barroco y gracias a la restauración financiada por Fundación Málaga, ahora vuelve a brillar.

El antiguo convento arrastraba serios problemas de filtraciones y humedades que han sido solucionados. En la intervención financiada por el Ayuntamiento, han salido a la luz valiosos frescos murales de cuya existencia no se tenía constancia. En paralelo, se ha intervenido sobre todo el concierto iconográfico del templo y cuatro lienzos del siglo XVIII. Historiadores del arte destacan la valía de las piezas restauradas que, juntas, forman un interesante discurso iconográfico en torno a la orden franciscana a la que pertenecen los frailes Capuchinos y las religiosas clarisas que en la actualidad tienen su convento de clausura en el propio templo.

Para la realización de estos trabajos, la iglesia ha permanecido cerrada varios meses. Este 23 de junio de 2018, el obispo de Málaga, Jesús Catalá, presidió una eucaristía de acción de gracias por su reapertura y vuelta al culto. Una placa conmemorativa recuerda esta histórica actuación en el atrio del antiguo convento. Su carácter conventual es precisamente uno de los atractivos del inmueble, pues pocas construcciones con estas características arquitectónicas han llegado en Málaga hasta nuestros días.

A la reconocida joya de Montes de Oca, la Divina Pastora, que preside el altar mayor, se suma especialmente ahora un interesante catálogo artístico recién restaurado (dos imágenes de San Francisco, Santa Clara, San Antonio, San Félix de Cantalicio, San Buenaventura, San Fidel de Sigmaringa…), además de los citados frescos murales hallados para sorpresa de muchos. Sin dudas, Capuchinos tiene una visita obligada al antiguo convento, la primera piedra de este barrio histórico de Málaga.

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